Martes 23 de febrero de 2021
MARTES 23
TESTIMONIO DE UN JOVEN EN ÁFRICA
HECHO:
Ricardo Cué dice:
La misión para mí ha sido, es y será una ex
periencia inolvidable e irrepetible.
Es una sensación de felicidad y plenitud
que no se comparan con todos los lujos
que tenemos en la vida diaria. Para serles
sinceros, la primera vez que acudí a una
misión fue de una forma involuntaria, más
bien obligada por mi papá, pues él fue el
impulsor de este apostolado en mi familia
y no tengo final para acabarle de agrade
cer por haberme hecho pasar por esta ex
periencia inolvidable. Recuerdo que el día
que llegamos yo estaba enojado y sin ga
nas de cooperar. Era un tanto normal, ya
que tenía 14 años, nunca había dejado
mis vacaciones para irme a una cosa así y
recuerdo que mi papá me dijo: “Mira, yo
te prometo que no te la vas a pasar mal,
pero, si en realidad te la pasas mal te juro
que no regresas el próximo año”; entonces
me dije: “Ahora sí me la voy a pasar o voy
a hacer todo lo posible para pasármela
mal para no regresar”.
El primer día, con mi cara de aburrido y enojado, salí a misionar casa por casa y me iba dando cuenta de tantas cosas que nunca pensé que pudieran hacerme cambiar de pa recer. Entonces, esa tarde en la comida, me enteré que me tocaba dar una plática a los jóvenes. ¿Yo una plática a los jóvenes?, ¿Qué les iba a decir? Pero entonces se me acercó el Padre que nos acompañó y me dijo: “Tranquilo, yo sé que tú vas a poder, solo enco miéndate a Dios y no necesitas nada más”. Llegó la tarde y no esperaba tanta gente.
Eran como 30 jóvenes, entre hombres y mujeres, sentados esperando a que les hablara de algo. Entonces busqué en mi mochila y vi un libro llamado “Manual del Misionero” y bendi to libro; lo abrí y justo en la página que salió era un tema actual. Comencé a hablar y seguí
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Reflexiones Distritales / PREESCOLAR - PRIMARIA
hablando. Pasaban los minutos y yo hablaba y cuando me di cuenta ya había pasado más de una hora y ya no sabía qué hacer. Entonces los puse a platicar entre ellos y se fue ron felices. Cuando regresé a descansar, lo primero que hice fue ir a contarle al Padre có mo me había ido y yo estaba tan emocionado que el Padre me preguntó: “Bueno y ¿qué les dijiste?”, en ese momento mi mente se quedó en blanco y ya no supe qué decirle y le contesté: “No me acuerdo, no sé” y él se comenzó a reír y me dijo: “¿Viste cómo enco mendándote a Dios las cosas salen como uno quiere y espera y, que el que hablaba no eras tú, sino Dios a través de ti, que se manifestaba en ti?”.
Cuando me dijo esto, quedé asombrado y petrificado de tanta razón que él tenía.
Con esto quiero darles a entender que ustedes no se preocupen acerca de lo que vaya a pasar, porque solo Dios sabe por qué los mandó y Él SIEMPRE los va a ayudar para que nunca pasen un apuro, eso se los garantizo. Pasó el tiempo y era hora de regresar a misio nes y yo estaba más que listo. Esta experiencia que hoy comparto con ustedes es algo inexplicable de el por qué o, más bien cómo, se disfruta una semana sin televisión, amigos, novias, celular, antros, fiestas y con todo lo relacionado con las vacaciones de Semana Santa que no las habíamos vivido como se debe. Quiero que piensen que: días, fiestas, amigos… y tiempo para ello, siempre sobra, pero, entregar una semana de todo eso a Dios, por otra gente, créanme que nunca se van a arrepentir.
Para finalizar solo me queda dar gracias a Dios por haber iluminado a mi papá para ir de misiones y a todas y todos los misioneros con los que he convivido porque han hecho de esto una experiencia inolvidable. Yo fui el primero que recibí la Buena Nueva de Jesús.
MENSAJE:
Todos somos invitados por el Bautismo a predicar la Buena Nueva de Jesús. A veces la vida nos pone diferentes circunstancias y nos puede “impulsar” a hacerlo sin motivación, pero no nos olvidemos de ello.
APLICACIÓN:
Dispongamos nuestra persona para ser mensajeros de la Palabra de Dios.
MÁXIMA:
“Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura” (Mc 16, 15)
COMPROMISO:
Revisaré en mis oraciones, qué he hecho por hablar de Dios a los demás.
TOMA DE CONCIENCIA ILUMINADA POR LA RESPONSABILIDAD SOCIAL: ¿Revisé en mis momentos de oración mi compromiso? ¿Soy mensajero de Dios con los de más?
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