Viernes 30 de octubre

 UNA CANOA PARA NAVEGAR


HECHOS:

Alonso fue siempre un aventurero. Nunca des-

aprovechó una oportunidad para ver nuevas

tierras y nuevas personas. Por eso no lo dudó

un instante cuando le ofrecieron aquel viaje

para explorar una zona del alto Amazonas.

Fueron varios meses de preparación: eligió el

mejor material para el trabajo que iba a reali-

zar, calculó al milímetro las provisiones necesa-

rias para los dos meses que duraría el viaje, es-

tudió los mapas y todo lo que otros habían es-

crito de aquella zona, pasó largas horas escu-

chando a los nativos todo lo que le querían

contar sobre el mundo y las gentes que se iba

a encontrar.

Estaba en su terreno, había estudiado todo lo que se sabía sobre esa zona. Muy animoso

inició la marcha hacia el interior de la selva, hacia un punto perfectamente situado en los

mapas que él se había fabricado. Fueron varias jornadas caminando... se había perdido.

La seguridad se había convertido en vértigo, la ilusión en pánico... Cuando despertó esta-

ba bañado en sudor. No sabía dónde estaba, ni qué le había sucedido, ni parecía preso

de la fiebre y no podía ponerse en pie. Después de varios días, entre sueños y despertares,

fue recuperando fuerzas y descubriendo lo que le había pasado. Estas personas le habían

encontrado inconsciente en medio de la selva y le habían llevado consigo. Le cuidaron du-

rante muchos días. Fue entonces cuando comenzó a mirar hacia atrás y ver su propia reali-

dad. No sabía dónde estaba, no sabía qué día era, no sabía cómo llegar al lugar donde el

capitán le iría a recoger, no sabía si el capitán ya habría pasado... Su mundo se había veni-

do abajo. Alonso ya no era el aventurero seguro de sí mismo, ahora era alguien muy frágil.

El tiempo fue pasando. Con dificultad fue aprendiendo la lengua de los otros. Les cogió

mucho cariño, pero él sabía que tenía que volver. Lo que más le ayudó fue cuando un an-

ciano le dijo: - Tú te alejaste del río, perdiste el camino. Sin el camino tú no puedes vivir. Te

ayudaremos a volver al río y construiremos una canoa para que puedas volver con tu gen-

te. Varios días después llegaron al margen de “El Río”. Los más jóvenes cortaron un gran ár-

bol y comenzaron a trabajarlo para hacer la canoa.


MENSAJE:

Si vocación es llamada y Dios es el que llama, la vida es nuestra primera y gran vocación

(que luego se irá concretando en diversos ríos, afluentes o regatos). Esta historia pretendeser un viaje; el viaje que todos hacemos por nuestro río, el de la vida (y el de la vocación).

Igual que todos los viajes importantes, tiene sus etapas y momentos.

MÁXIMA:

La vida es nuestra primera y gran vocación.

COMPROMISO:

Profundizar en nuestras propias vivencias y reflexionar sobre las propias reacciones. Escuchar a aquellos que me ayudan

TOMA DE CONCIENCIA ILUMINADA POR LA RESPONSABILIDAD SOCIAL:

¿Cómo me conduzco cada día para no perderme? ¿Me cobijo con Dios para estar siempre en el camino?

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